miércoles, 29 de octubre de 2008

Principales figuras

Primera generación


Segunda generación


Tercera generación

La teoría multinivel

Existen nueve niveles jerarquizados en la formulación actual del PB:

  • Biológico.
  • Aprendizaje animal básico.
  • Aprendizaje humano.
  • Interacción social.
  • Desarrollo del niño.
  • Personalidad.
  • Evaluación psicológica.
  • Psicología anormal (psicopatología).
  • Terapia de conducta.

Cada nivel, empezando por el primero en la lista, contiene los principios más generales sobre cuya base se asientan el nivel siguiente, hasta la última, que sería de la terapia de conducta. Cada uno de los niveles propuestos requieren la construcción de una teoría particular en relación con principios básicos, pudiéndose a su vez armonizar con las teorías de los demás niveles dado que todos ellos involucran aprendizaje. A esto se denomina una teoría general multinivel abierta y en desarrollo, de la cual se derivan conocimientos, que deben ser articulados e integrados mediante lo que llama una "teoría puente".

Un concepto central en este enfoque es el de aprendizaje acumulativo-jerárquico, donde se considera que las sucesivas agrupaciones de unidades pequeñas de conducta forman configuraciones de mayor complejidad. Ellas, una vez formadas como un conjunto, están sujetas a los principios de aprendizaje de la misma forma que ocurre en las respuestas unitarias simples. De esta manera cada nivel de conducta tiene su propia configuración específica, y constituye en sí una jerarquía superior con respecto a la acumulación inclusiva de aprendizajes en niveles anteriores.

Repertorios básicos de conducta

El conductismo psicológico introduce los repertorios básicos de conducta (RBC) como constructo explicativo de la conducta. Previo a esta teoría, por un lado estaba el concepto de "personalidad" en la psicología convencional, un término a veces mal definido si es que definido del todo, y por el otro, existían los conceptos de "grupos de hábitos" en los diversos conductismos, donde cada elemento aprendido no formaba parte de un todo integrado.

Los RBCs forman parte del programa de investigación del conductismo psicológico, donde se ha visto que el aprendizaje, a lo largo de la historia individual, es acumulativo y jerárquico, es decir, que las conductas aprendidas se acumulan con el tiempo, se ajustan entre sí y se coordinan de forma que unas tienen preeminencia sobre otras.

Terapias cognitivo-conductuales

Las terapias cognitivo-conductuales son aplicaciones de investigaciones científicas a la psicología clínica y la psiquiatría, con aportaciones desde las neurociencias y las ciencias sociales. Es heredera de las investigaciones pioneras de Ivan Pavlov, Edward Thorndike, la Psicología conductista, la Gestalt, Lev Vygotski, Joseph Wolpe y Albert Ellis.

Desde el punto de vista teórico, lo que va a dar integración al conjunto de propuestas clínicas, es la idea de conducta que incluye la emoción y la cognición, y no sólo el comportamiento motorpersonalidad formada por condiciones ambientales y biológicas tanto históricas como actuales, sin perder de vista, además, los efectos en retroalimentación que tiene la conducta del individuo con su ambiente.

públicamente observable. Por otra parte, desde el punto de vista del abordaje, las diversas estrategias cognitivo-conductuales son enteramente compatibles e integradas en cada plan de tratamiento. La integración es razonable, pues las diferentes categorías de conducta (acción, emoción y cognición) trabajan conjuntamente en cada ser humano y son mutuamente influyentes, dentro de una estructura de

Lista de algunas terapias cognitivo-conductuales

Fechas históricas

Fechas para la introducción de diversos conceptos y programas de investigación clínica dentro de las terapias cognitivo conductuales:

1897 Introducción del concepto y estudio del condicionamiento clásico, por Iván Pávlov.
1911 Introducción del concepto y estudio del condicionamiento instrumental, por Edward Thorndike.
1953 Primera ocasión del término "terapia de la conducta" en un reporte de Lindsley, Skinner y Solomon.
1958 Introducción de la terapia por desensibilización sistemática, por Joseph Wolpe.
1958 Introducción de la terapia racional emotiva conductual (en esa época denominada "terapia racional") a la literatura profesional, por Albert Ellis.
1963 Introducción del conductismo psicológico como teoría marco que unifica los esfuerzos de investigación cognitivas y conductuales, por Arthur Staats.
1963 Introducción de la terapia cognitiva para la depresión en la literatura profesional, por Aaron Beck.
1971 Introducción de la terapia de solución de problemas, de D'Zurilla y Goldfried.
1973 Introducción del entrenamiento por inoculación del estrés, por Donald Meichenbaum.

Críticas

Las críticas de que suele ser objeto la psicología conductista en su conjunto puede categorizarse en cinco grupos. Antes de leerlas debe tenerse en cuenta que la mayoría de ellas posiblemente se basan en:

a) Malentendidos por desconocimiento de las tesis conductistas originales, o por incomprensión de la terminología científica utilizada para describir al ser humano.

b) Citas sacadas fuera de contexto, o a través de simplificaciones de lo que "alguien escuchó o leyó que otro dijo", y etc.

c) Antipatías propias de posturas antagónicas con respecto a la conceptualización de la psicología como ciencia del comportamiento.

d) Exposiciones poco elaboradas, o bien sesgadas sólo en un sentido determinado, de algunos de los propios divulgadores conductuales, que se toman como si fueran descriptivas de un punto de vista doctrinario general.

Aun en el caso de ser válidas algunas críticas, éstas pueden ser aplicables a ciertos modelos conductistas y no necesariamente a otros.

Las críticas son:

I. Ignora la consciencia, los sentimientos y estados de la mente. No le asigna un papel a la personalidad, al Yo ni al "sí mismo". No da lugar a la libertad, a la voluntad ni a la intencionalidad.

II. No intenta explicar los procesos cognoscitivos, la intuición, la información ni el proceso creativo. Ve al sujeto como un receptor pasivo.

III. Es mecanicista: concibe lo psicológico como un conjunto de respuestas ante estímulos. Descuida la dotación innata y el papel del sistema nervioso.

IV. Está desfasado del desarrollo actual de la ciencia. Trabaja con animales, asimilando su comportamiento al humano. Sus aplicaciones son envilecedoras (premios, castigos) y hasta brutales (descargas eléctricas, vomitivos, etc).

V. Es operacionalista: identifica los fenómenos con las esencias. Es una ideología importada, al servicio del poder, que mantiene la psicología como ciencia natural, no preocupada por los fenómenos sociales.


RESPUESTAS GENERALES:

  • Tanto el primero como el segundo grupo de críticas confunden "estudiar de otra manera" (que es la manera propia del conductismo) con "no estudiar". En realidad, la psicología conductista tiene sus propios conceptos y métodos para abordar los llamados "estados de la mente" y los fenómenos cognoscitivos. El hecho es que utiliza otro lenguaje y una aproximación interaccionista, en vez del enfoque internalista típico de la psicología tradicional. Hay una cantidad inmensa de publicaciones conductuales que trabajan esos problemas.
  • El tercer grupo de críticas muestra cierta desinformación. Los análisis comportamentales se basan en una compleja estructuración interactuante de variables que provienen tanto del ambiente como del organismo. Basta revisar las ecuaciones conductuales de Kanfer y de Kantor para darse cuenta.
  • El cuarto grupo de críticas es de carácter inexacto. Si la psicología conductista estuviera desfasada del avance actual no estaríamos en la Década de la Conducta, Skinner no hubiera sido proclamado "El Psicólogo más eminente del siglo XX", y la tecnología conductual no sería la más recomendada por los organismos oficiales de la psicología internacional para solucionar todo tipo de problemas psicológicos.
  • El quinto grupo de críticas tiene puntos atendibles y abiertos a discusión, exceptuando la ingenua acepción de "ideología importada" y pretender que no hay aplicaciones sociales. Al contrario, estas son las más efectivas que hay en la disciplina.

El análisis experimental del comportamiento

Es la teoría-metodología, donde se formulan las categorías, las unidades analíticas, los parámetros, los paradigmas de investigación, y las leyes y principios implicados en el manejo de los datos. Cabe destacar aquí las ecuaciones que cubren todo el espectro organísmico y situacional que está implícito o explícito en un episodio de conducta. La más conocida de dichas ecuaciones es la comprendida en la fórmula: K = f [E,O,R,C], que significa que un segmento de conducta en un momento determinado (K) es función (f) de las interrelaciones establecidas entre los factores estimulares (E), organísmico-disposicionales (O), de respuesta o clases de respuesta respondientes y operantes (R), y las consecuencias que fortalecen a estas últimas (C).

Los paradigmas de investigación centrales desplegados son los del condicionamiento clásico y condicionamiento operante, así como sus diversas combinaciones y formas de presentación. Estos paradigmas son equivalentes a los "ejemplares" de Thomas Kuhn, pues desde sus modos básicos de ocurrencia empírica se desprenden leyes, teorías, aplicaciones e instrumentación juntas. Gracias a la investigación en estos rubros se han obtenido una gran cantidad de regularidades que desembocan en la formulación de principios aplicativos (como por ejemplo el reforzamiento, la extinción, el castigo y el contracondicionamiento). Algunos enfoques conductistas no radicales son puramente metodológicos (vertientes E-R), y otros además de ello sólo son parcialmente conductuales (vertientes E-O-R).

El conductismo propiamente dicho

Es la filosofía especial de la psicología como ciencia del comportamiento, entendido éste como la interacción entre el individuo y su contexto físico, biológico y social, cubriendo así un amplio rango de fenómenos psicológicos en los planos lingüístico-cognitivo, emotivo-motivacional y motor-sensorial.

La filosofía especial es una filosofía de la praxis. Como tal, surge de las labores mismas del quehacer psicológico y se encarga de discutir sobre los supuestos, extensiones y posibilidades de su dominio teórico y aplicado, así como de fijar posición y fomentar una actitud no reduccionista (ni fisiologista ni mentalista) para buscar soluciones a los problemas de la disciplina (conductismo radical).

El conductismo depende de una filosofía general de la ciencia en psicología, un asunto que aún no está totalmente dilucidado. Ontológicamente lo definitorio es el materialismo monista y el determinismo. Epistemológicamente para los conductistas post-skinnerianos la filosofía es el "contextualismo", que considera la conducta como "acto en contexto". O sea que ocurre en el marco de una determinada circunstancia cuyo análisis no se puede obviar. Desde este punto de vista el contextualismo es una forma de pragmatismo seleccionista. Para los interconductistas es importante la filosofía analítica. Principalmente la seminal en los trabajos de Ryle y del segundo Wittgenstein. También se puede reconocer aquí algo de materialismo dialéctico en los trabajos de Ribes. En cuanto a concepciones sobre evolución científica, algunos citan a Laudan (evoluciones graduales) por oposición a Kuhn (revoluciones). De otro lado, los adeptos al conductismo psicológico (Staats) hablan de "positivismo unificado" (post-positivismo).

En cualquiera de los casos, todas las vertientes filosóficas señaladas tienen claras diferencias con el positivismo lógico, en tanto reconocen un papel destacado a la conformación social del ambiente y del individuo. Asimismo se diferencian del mecanicismo, en tanto consideran en el análisis interrelaciones complejas de variables interactuantes.

Conductismo psicológico

El conductismo psicológico (o "PB", por sus siglas en inglés) es una teoría marco o programa de investigación a partir de la formulación actualizada de las tesis de Arthur W. Staats, partiendo de un esquema heurístico empíricamente orientado acerca de varios e inclusivos niveles de interacción humana, que nace del contacto específico con los fenómenos que comprenden cada uno (teoría de marco referencial).